Abro los ojos, el agua me cubre mi cuerpo entero, y el calor me penetra en la piel mojada.
Saco la cabeza y respiro profundamente, mientras las burbujas relajan todo mi ser.
Quince minutos perfectos, sin nada más que el baño, las velas, mi cuerpo y mi espíritu, todo junto,.. y a la vez separado.
Las burbujas resuenan en mi interior, las velas bailan al son de la suave música, mi espíritu vuela sin rumbo fijo, y mi cuerpo,... sólo descansa.
Por fin respiro tranquila, en paz, mi mente renace a la vez que una luz de esperanza y motivación nuevas comienzan a surgir en mi cabeza.
¡Por fin!
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